
Si queréis unos labios más gruesos y sensuales, no hay nada más sensato que utilizar un perfilador labial del mismo color.
No tengo mucha gracia con el maquillaje: nunca me oiréis (leeréis) hablar sobre ahumados, colorido, o los mejores labiales de vampiresa. Primero porque no me gustan esas cosas; segundo, porque no me hace falta. Aunque entiendo perfectamente que a las mujeres les hagan los ojos chiribitas con las paletas de sombras y me encantan los vídeos de arsenales de productos de maquillaje, mi idea es potenciar lo que tengo con un par de trucos especiales, y nada más.
Uno de ellos es perfilar los labios con un lápiz especial. Dejé de hacerlo durante una temporada, pero ahora he vuelto a ponerlo en práctica, y no salgo de mi asombro de lo bonito que queda y de lo increíble que es el efecto de boca sensual que ofrece. El volumen transmite juventud y voluptuosidad; por eso los rellenos en todas partes tienen tanto éxito. La boca, que tiene relación directa con el atractivo sexual, es la primera parte de la anatomía que se beneficia.
El problema es que no todos los lápices sirven. Si nos gustan los labiales, solo hay que buscar el perfilador equivalente. Pero si nos gusta llevarlos al natural, la cosa se complica, porque hay que buscar un perfilador labial de color labio, y eso es tan complicado como… no sé, ¿cómo encontrar novio? No sé qué ejemplo buscar.
Mi Perfilador Labial Favorito
Oh, ya sé que lo que todo el mundo estará pensando es que solo hay que ir a por un perfilador labial de color nude, y listo. Pero id a echar un vistazo y luego me contáis. Esos perfiladores son tan engañosos como los clickbait de las páginas basura: al principio parecen ideales, y luego te das cuenta de que te han estafado. Un perfilador labial aparentemente nude puede contener un fondo rosado, salmón e incluso grisáceo que lo va a echar todo a perder. Veremos algo raro, como si el lápiz fuera nuestro color en apariencia, pero sabiendo que en el fondo no es así y que algo no nos cuadra. En esas estaba cuando descubrí Charlotte Tilbury, una firma de maquillaje de la que apenas nadie, en aquel entonces (2015), había oído hablar.
Charlotte Tilbury es una australiana completamente obsesionada con la belleza y más obsesionada aún con potenciarla con productos de maquillaje estratégicos. Su objetivo no es buscar la creatividad, la sofisticación o el «arte»: lo que Charlotte quiere es que sus clientas, a las que llama darlings, estén más guapas que nunca.
No recuerdo la cantidad de productos que tenía a la venta en esa época, pero sí que el más famoso de ellos, y el más vendido, era su perfilador labial color labio, Pillow Talk. En cuanto me llegó a casa y lo probé, delineando con mis torpes manos, supe que había encontrado la perfección.

El perfilador labial es un bombazo por varias razones. A simple vista, parece un color rosado, algo apagado, que no tiene nada de especial. Puede que lo miréis y penséis que es uno más de los que habéis visto a montones. Al aplicarlo, es fácil entender su éxito. Primero, tiene un tacto chasmere muy agradable, nada que ver con la rasposidad de los perfiladores mate. Se desliza como la seda y pigmenta de una manera asombrosa. Es otra de las características de los artículos de Charlotte Tilbury, que entiende que no todas las mujeres somos unas artistas del maquillaje y que muchas ni siquiera sabemos cómo ponernos sombra de ojos correctamente. Con esa idea en mente crean sus productos, pensados para ofrecer un efecto rápido y sin complicaciones.
En resumen, deslizad el perfilador labial por el contorno del labio, respetando la forma del arco de cupido (tenemos tendencia a perfilarlo para dejarlo recto, borrando así toda su magia y belleza) y veréis cómo vuestros labios parecen más gruesos y sensuales al instante sin que se note siquiera que están maquillados.
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