
¿Quieres un truco nutritivo sano, delicioso y fácil? Mezcla tu café de la mañana con una cucharada de aceite de coco. Es el café de moda y te cuento paso a paso en qué consiste.
El café tiene «algo» que lo convierte en el rey. Es voluptuoso, tiene una especie de aroma elegante que transporta nuestros sentidos hacia la creatividad, la acción, la conversación inteligente. Es como activara la inspiración que nos ayuda a conseguir todos nuestros sueños. Hoy sabemos que todo depende del tipo de grano, conocemos la diferencia entre el café arábica y el robusta, entendemos que cuanta mayor altura, más grandioso será el sabor, y también conocemos los beneficios del café probados por la ciencia:
- Controla el apetito.
- Controla los niveles de azúcar en la sangre.
- Mejora la digestión.
- Acelera el metabolismo.
- Proporciona energía inmediata.
Hace unos cinco años escribí un libro sobre el aceite de coco, el gran fenómeno. Recuerdo que investigué de manera exhaustiva acerca de sus incontables usos y cómo el que más llamó mi atención, por encima de ningún otro, fue la mezcla insólita que muchas personas hacían de ese aceite con un poco de café. El aceite de coco, no solo potenciaba la energía que proporcionaba el café, sino que subía hasta un 5% más el gasto energético, convirtiéndose en el mejor aliado antes de una sesión de ejercicio físico. Además, el aceite aportaba suavidad y dulzura al café de grano, que a veces podía resultar muy fuerte y amargo para los paladares sensibles.
Mi interés aumentó cuando escuché hablar del famoso Bulletproof Coffee, esa bebida rescatada de las prácticas de nómadas del Tíbet que mezclaban té negro con mantequilla de Yak. David Asprey, su descubridor, le dio un giro moderno para actualizarlo y hacer la mezcla aún más útil para el rendimiento, el metabolismo y la actividad cerebral. Bulletproof Coffee era sensacional para millones de consumidores ávidos de energía y concentración.
Bulletproof Coffee consiste en mezclar granos de café recién molidos, ácidos grasos de cadena media MCT y manteca alta en omega 3, lo que en castellano se conoce comúnmente como mantequilla de vacas o búfalas de libre pastoreo.
Suena sofisticado, sí, y más aún cuando descubrimos que para preparar este secreto ancestral revisionado es necesario utilizar una especie de batidor de alta velocidad para que todos los ingredientes se mezclen bien y disfrutemos del resultado: un café dulce y cremoso con un ligero sabor a caramelo.
Mis primeros intentos con café solo y mantequilla no salieron bien. El resultado era demasiado pesado para mi sistema digestivo y tuve que hacer algunas modificaciones para encontrar mi batido de café perfecto.

Gracias a la locura por la dieta Keto he descubierto varias alternativas ideales para crear mi bebida cetogénica de café. Hay personas que agregan nata sin azúcar, el edulcorante natural de Stevia y, atención, aceite de coco. Esta fue mi opción. Añadir una cucharada de aceite de coco al café ofrece una serie de beneficios impresionantes:
- Nos aporta grasas saludables.
- Nos hace entrar en estado de cetosis para que el cuerpo empiece a quemar grasa en lugar de utilizar glucosa.
- No tiene toxinas.
- Elimina los antojos de azúcar.
Casi nada, ¿verdad? Así es como llegué a mi café ideal. Un poco más tarde decidí reforzarlo añadiendo un poco de canela, que ayuda a reforzar la acción de control sobre los subidas y bajadas glucémicas. Puedo confirmar que sentí la inmediata energía en todos los músculos de mi cuerpo, una energía mucho mayor a la que obtenía bebiendo mi café de siempre sin nada más. Es como si hubiera cierta euforia al combinar la cafeína en su estado natural con grasas de cadena media provenientes del aceite de coco. Su sabor dulce, unido al toque de la canela es absolutamente FABULOSO.
De esta manera, mis mañanas no solo pasaron a ser más activas y pude subir la intensidad de mi actividad física, sino que aguanto más horas sin hambre.
Otras combinaciones ganadoras que voy probando para perfeccionar mi elixir son añadir una cucharada de cacao puro, extracto de vainilla o una mezcla de clavo y cardamomo para un sabor que recuerda mucho al del Chai Tea Latte. Siempre opto por café puro, y uno de mis rituales favoritos los sábados es visitar una «cafetería de autor» muy popular en la ciudad en la que actualmente resido; siempre hay buena música, gente interesante y una decoración que no tiene nada que envidiarle a la de las cafeterías del Soho de Nueva York. Veo a personas leyendo, enredadas en buenas conversaciones, en un ambiente 100% creativo que huele a café auténtico.
Mi consejo es que aproveches este regalo que la naturaleza nos ha dado para armar el café más lujoso y magnífico que puedas imaginar. ¿Alguna vez habías pensado que podías aprovechar tu café para preparar una bebida de belleza instantánea con café? Hazlo añadiendo una cucharada de colágeno e inulina, la fibra natural que me enloquece. ¿Quieres exotismo, algo diferente y un elixir de salud todas las mañanas? Entonces prueba la combinación de clavo, cardamomo y cacao que he mencionado más arriba.
Ante este escenario lleno de inspiración, salud, sabor y estímulos para la mente, no nos queda otra que honrar la cita de Honoré de Balzac, que tuvo que explicar así por qué bebía una taza de café tras otra ante los atónitos ojos de quienes le observaban:
«Tan pronto como el café viene a mi estómago, sobreviene una conmoción general. Las ideas empiezan a moverse, las sonrisas emergen y el papel se llena. El café es mi aliado y escribir deja de ser una lucha…«
Lo que el placer y la salud une… ¡que nadie lo separe!
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