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29 Oct

El Real Secreto de Belleza

El Real Secreto de Belleza

Entablar una conversación con otra mujer acerca de qué hace para estar notablemente hermosa es una de las acciones más fascinantes que podemos practicar.

El valor del “real” secreto de belleza – no de la reseña agotadora de un producto de lanzamiento-, sino de aquel conjunto de actos que repercute drásticamente en la magnitud de tu belleza y salud, es sin lugar a dudas el mayor de los tesoros. Y créeme, antiguamente debías esperar a que una de estas mujeres de notable belleza estuviese en el lecho de muerte para confesar cuál era ese secreto. De modo que su secreto pasaba de generación tras generación, guardado bajo siete llaves .

Gracias a los alquimistas, sirvientes, costureros y curanderos , los secretos de belleza de las mujeres en épocas donde ellas no tenían acceso a la escritura, eran las fuentes gracias a las cuales hoy podemos leer con asombro sobre pócimas y los usos y extrañas costumbres estéticas de la antigüedad. Ellos eran los encargados de dejar ese legado en papel para la posteridad.

La Magia de Compartir

Escuchar y leer sobre los secretos de otras es parte del goce de ser descaradamente mujer y tener ambiciones estéticas. Lo maravilloso de esos «secretos» es que las mujeres, que somos animales de la comunicación informal, necesitamos revelarlo tarde o temprano. Necesitamos expresas y ser generosas, ya que gracias a esas cualidades tan femeninas hemos recibido confesiones acerca de lo otras mujeres hacían para obtener esos resultados tan magníficos en el aspecto físico.

No siempre abrimos el cofre de nuestros tesoros, parece que nos avergüenza reconocer que hay un esfuerzo más allá de lo visible, que gastamos más de lo que socialmente está aceptado, y que nos saboteamos constantemente cuando los desequilibrios emocionales se hacen presentes. Existen esas personas que callan sus descubrimientos y triunfos estéticos con ese secreto placer de contar con un arma silenciosa y atómica de buenorrismo superior.

Cuando las mujeres adoptan una visión más generosa de la belleza es cuando muchas vidas cambian, porque expandir el conocimiento de la belleza potencia tanto la de quien la comunica, cómo de quien la recibe.

El Real Secreto de Belleza

La Historia de mi Real Secreto de Belleza

Un secreto de belleza real es aquel que no tiene nada que ver con una publicidad pagada, aquel que no contempla dormir ocho horas y beber dos litros de agua. Un secreto de belleza es algo desconocido, inesperado, un producto que no tiene nada que ver con las últimas tendencias ni con las marcas más lujosas. Y sobre todo, el real secreto logra cambiar radicalmente tu nivel de belleza.

Recuerdo exactamente el día en el que, en los vestidores de un centro de natación, observé a una mujer de unos sesenta años, pequeña y esbelta, con un tono de rubio que delataba una larga afición a nadar en aguas repletas de cloro, y la piel demasiado bronceada. Sin embargo, en su cuerpo no había nada de grasa, sus formas eran perfectas y resplandecía como un volcán de energía.

Ella se untaba de la cabeza a los pies con una crema de farmacia a la que añadía aceite de almendras. Cada día, tomaba cápsulas de onagra, borraja y germen de trigo. Después de que me contara todos sus secretos, salí corriendo, casi al borde de la taquicardia, a comprar todo lo que utilizaba esa generosa mujer para mantener su belleza. La crema podía variar según sus ingresos mensuales, sin embargo el aceite puro de almendras lo conseguía gracias a un proveedor orgánico. La sensación de mirar esa textura fresa y aceitosa deslizarse por su piel era fabulosa. Mi compañera de deporte contaba que era su secreto para mantener la piel y el cabello con cierta hidratación después de tantos años practicando lo que más amaba: nadar.

¿Cómo influyó en mí este secreto notable? A partir de ese día siempre realizo curas de aceites en mi cuerpo. La piel se nota visiblemente cuidada, aunque por meses no la exfolie, ni me realice tratamientos estéticos de cabina. Actualmente, mezclo un aceite exquisito de cuerpo para esas ocasiones que merecen puro lujo, normalmente de monoï, además de usar una crema básica el resto de la semana mezclada con aceites de almendra y jojoba. 

los Secretos de mi Abuela

Mi segundo secreto fue un regalo de mi abuela, que se jactaba de sus pestañas y su melena. Mezclaba vaselina y aceite de ricino y cada noche cepillaba sus pestañas y cejas para que éstas estuviesen siempre pobladas, gruesas y oscuras. Cada día, cepillaba su cabello con veces con un cepillo de cerdas naturales desde las raíces hasta las puntas. Primero con la cabeza hacia abajo, cepillando desde la nuca hacia las puntas. Luego erguida, desde la frente hacia abajo, suavemente. Finalizaba realizando una trenza y amarrando el final con una media cortada. Según ella, es el único material que no corta el cabello. Un enjuage de vinagre de sidra al finalizar el lavado era otra parte de un ritual de belleza que había heredado de su propia abuela. Haciendo números, hablamos de un margen temporal de doscientos años. 

Doy fe que que cuando mi melena estuvo más radiante fue cuando seguí este sublime ritual casero de cepillado. Cambió totalmente mi forma de cuidar el cabello antes de ir a dormir.

La Alimentación y la Belleza

Por último y no por ello menos importante, el gran secreto de belleza fue descubrir que, si abandonaba ciertos hábitos alimenticios, podía convertirme en la mejor versión de mi misma. Aunque a diferencia de los otros, ese secreto llegó a mis manos… gracias a un hombre. Vivir con él suponía que en la nevera solo hubieran verduras y frutas, ya que seguía una estricta dieta vegetal y cruda, sin sal ni azúcar ni nada de cocciones; como mucho, un revuelto de huevos con aceite de oliva como caprichos sibarita. ¡Madre mía! Al principio llegué a tener pesadillas, le increpé desde mis adentros y sufrí mucho, pero tres meses después me di cuenta de que había rejuvenecido diez años. Mi piel estaba limpia y resplandeciente, mi cabello fuerte y mis piernas ¡irreconocibles! Mi acné era inexistente y mi energía estaba en su punto más alto.

Aquello no fue un «secreto», ¡aquello fue una revelación! Cuando veo fotos de esa época me quedo embobada observando el poder de aplicar conocimientos que transforman nuestro cuerpo. Luego llegó Internet, y mi vida se vió plagada de maravillosas confesiones de belleza, abiertas, descaradas. Insospechados rituales desde fuentes ligadas a lo natural, así cómo de mujeres amantes de la cosmética de lujo y los retoques estéticos.

El REAL valor de un secreto de belleza es su fuente. Es una mujer deseándote belleza, la magia de abrir un trozo importante de su vida para entregárselo a una desconocida a cambio de una mirada de asombro y un simple gracias, a cambio de que ella también al mirarse en el espejo se quiera un poco más, o mucho, mucho mas.

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Olga

Chilena. Creadora de Big Beleza Spirit. Autora, investigo sobre bienestar y cómo potenciar la belleza natural.

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